“Los océanos son los verdaderos continentes”, de Tommaso Santambrogio gana el premio a “Mejor contribución técnica” en la 76 edición del Festival de Venecia
“Los océanos son los verdaderos continentes” fue la película que Tommaso Santambrogio realizó durante su participación en el taller “En la isla con Lav Diaz”, donde pudo trabajar con el respetado director filipino y recibir su asesoría.
El recibir justamente el premio a la “Mejor contribución técnica” es especialmente importante para Tommaso Santambrogio: “el hecho de que la fotografía que cuidé fuera realmente recompensada me dio un inmenso placer, ya que es un reconocimiento que recompensa la vista, la capacidad de capturar y transmitir lo que más me impresionó de los lugares y las personas con las que entré en contacto, también a través de elecciones estilísticas y formales poco comunes”. La fotografía es precisamente uno de los aspectos que destacó la cátedra de su película con contó con la colaboración del prestigioso director Lav Diaz.
Fue en durante el trabajo en su taller y con su tutelaje que ‘Los océanos son los verdaderos continentes’. “Estar en contacto cercano con Lav, con su cine libre de compromisos, su energía positiva y su enorme disponibilidad y humildad me influyeron mucho, dándome la sangre vital para el proyecto” declara Santambrogio, para quien las respuestas positivas y entusiastas de Lav Diaz contribuyeron a su confianza como director. Actualmente, trabaja con él en un proyecto del director en Filipinas.
Además, de la experiencia de conocer y empaparse de las técnicas de Diaz, el contexto de la Escuela Internacional de Cine y TV fue importante pues “da tiempo para saborear y disfrutar plenamente el contexto que te rodea cerca (a diferencia de la dimensión europea, donde ahora todo es una carrera contra el tiempo, es ser multitasking, usar sin detener el teléfono y los social network), me ha permitido un acceso completo y envolvente a mi creatividad”, nos cuenta.
“Los oceános son los verdaderos continentes” se desarrolla en San Antonio de los Baños, localidad que, para Santambrogio, “encarna esta dimensión, por su autenticidad y su estructura. Me inspiró mucho por su decadencia, su ruina, que combinada con un estímulo creativo individual lo convirtió en el lugar perfecto para filmar la historia que tenía en mente”.
Es un honor para la Escuela de Todos los Mundos escuchar que hemos contribuido al desarrollo de un cineasta de tremendo talento y ¡muchas felicidades desde la Finca de San Tranquilino!