De Maykel Ponjuán:
Para despedirnos de Ovidio no hacen falta semblanzas biográficas ni homenajes ni discursos, tampoco llantos ni adioses eternos: sólo unos discos de Coltrane, de Dizzy o de Max Roach; o mejor, de Irakere o Los Van Van. Si había alguien que sabía de música, de fotos y de la vida, ese era el viejo Ovidio, que aunque muchos no lo crean, no siempre fue viejo. Un buen café mañanero, o unos traguitos de ron, de cualquiera, bastaban para soltarle la lengua y que se pusiera a conversar de lo humano y de lo divino. Porque Ovidio no fue sólo el de la cámara certera que registró durante más de dos décadas el paso de figuras, figuritas y figurones por la EICTV; el que abría su sacrosanto laboratorio para que imberbes estudiantes echaran a perder galones de químicos y metros de papel fotográfico mientras aprendían cómo se hacía aquella cosa, a medio camino entre el arte y la alquimia, de fotografiar. No fue sólo el maestro de generaciones y generaciones y generaciones de jóvenes cineastas, y fundador de la EICTV: también fue el padrino, el amigo, el viejito gruñón, el hombre del corazón más que inmenso, el artista y, a su manera, también el pensador. Que lo vamos a echar de menos: sí. Que lo vamos a recordar por siempre: también. Que ahora mismo, en decenas de países y a través de los océanos, muchos quieren, si no lo han hecho ya, soltar su lagrimita pensando en él: también. Pero mejor agarremos el tocadiscos, el teléfono, la computadora, lo que tengamos a mano; busquemos un buen disco de jazz y pongámoslo a todo volumen, sirvámonos una saludable porción del ron que esté a nuestro alcance, brindemos por lo vivido y por el recuerdo, y que un buen compás de 7/8 lo acompañe en su camino. ¡Maferufun, nuestro viejo Ovidio! Y que Eleguá te abra el camino.
PD: en 2008, Fernando Birri, director fundador de la EICTV, escribió el siguiente texto que apareció en el catálogo de la exposición retrospectiva de Ovidio, que recorrió varias galerías de La Habana y ciudades de Cuba, y varios países latinoamericanos.
PARA OVIDIO, EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS
Cuando se fundó la Escuela, creo que ya estaba allí.
Bajo la alta palma real bailando con el viento, en el bohío en miniatura de Eleguá plantado a la sombra de sus raíces, donde celebran sus nupcias el largo tabaco aromático para siempre encendido y la dulzura del ron chispeante que contagia el delirio —ofrendas— allí, entre sus orishas, como otro antiguo mensajero de sus dioses y más alto que la palma, creo ya estaba nuestro Ovidio.
Su noble perfil, ligeramente encorvado sobre su ingenua cámara, como un mirlo sobre un grano de maíz, reproduce y multiplica la sombra luminosa de nitrato de plata de esta Escuela, de la que en más de dos décadas con fidelidad amorosa ha testimoniado su anárquica vida, su desbordada pasión y sus laicos milagros.
Querido, introspectivo, sabio Ovidio, con tu nombre de alcurnia latina, con tu ADN de resistentes glóbulos latinoamericanos, que para dar testimonio de lo que fuimos y de lo que somos no ha necesitado de insuficientes palabras porque ahí están tus fotos que susurran o hablan a gritos según la ocasión pida, y que vistas todas juntas en esta muestra de la memoria, cantan en alegre algarabía visiva.
¡Que en los años por venir Yemayá proteja el cristalino o vidrio del ojo de tu cámara, que Changó ilumine con el rayo de su flash tu tierno, sencillo, deslumbrado corazón de niño: curioso y asombrado frente al kaleidoscopio de 3 Mundos, que sigas reviviendo la vida y el mundo en blanco y negro en nuestra Escuela de Todos los Mundos!
¡MaferefumOvidium!
Fernando Birri
Director Fundador EICTV
Adiós de eictvianos:
“¡Se nos fue el mayor de nuestros socios fuertes! ¡Mi padrino! Me quedo con la tranquilidad de haberlo conocido, haberlo abrazado mil veces y haber compartido con él en sus tiempos lucidos y maravillosos….. Seguro tendrá un bonito viaje… apacible, bello, lleno de imágenes hermosas, imágenes maravillosas. Poderosas imágenes… seguramente en blanco y negro, como solo él sabía hacerlas… Fue un honor haberlo conocido y haber aprendido tanto de él.. Sobretodo el amor y la pasión por este universo.”
Carlos Hernández
“¡Sí que es una noticia triste! Mi respeto y mi agradecimiento al viejo Ovidio. Que los dioses le tengan reservado una esquina en el paraíso para que siga fotografiando la Eternidad. Me tomaré un ron a su memoria.”
Benito Zambrano.
“Un ramillete de mariposas de la Plaza Zá. Y mucho jazz a la memoria del inefable Ovidio. Imposible escoger entre los tantos recuerdos vividos a su lado durante noches y madrugadas en el laboratorio, a golpe de alcohol de 90 grados y Tropicola o entre los paseos por los solares de Cayo Hueso, cuando nos presentaba su Habana; sus ecobios y el saxo melancólico de Nicolás Reynoso.”
Tanya Valette
“Ovidio: Viejo pretto querido. Tu cariño lo seguiré sintiendo por mucho tiempo, buen viaje y tengo en mi corazón tu cariño y buena onda con los que te conocimos y compartimos contigo. La luz y sombra fue tu quehacer natural, la familia y las historias que me compartiste las llevo conmigo. Tantos amigos tuviste aquí que de seguro multiplicarás donde sea que estés. Un abrazo y mucha música para ti.”
Beatriz Rosselot
“Salud Ovidio, siempre recordaré nuestras conversaciones sobre jazz, fotografía, el ron y tu enorme y generosa amistad.”
Pancho Adrianzén
“Querido Ovidio, que donde sea que vayas sigas capturando imágenes con tu lente.
Te extrañaremos.”
Omar García
“Elegante caballero, volveremos a tomarnos un café o un ron en cualquier lugar de la eternidad. Tu laboratorio quedará en nuestro sentimiento como ese paraíso de mágicos descubrimientos. Ovidio, un grande de nuestra comunidad, no te olvidaremos.”
Rosa Sophia
05ª-Perú
“Ovidio hermoso, con tu permanente sonrisa y tu alma generosa brillando en cada disparo de tu cámara. Descanse en paz tu cuerpo, que tu imagen se queda para siempre con nosotros. Te abrazo con amor y agradecimiento.”
Leticia Vargas, Mèxico. 2da. generaciòn EICTV
“¡Gracias Ovidio por la luz! ¡Tu mirada se queda entre nosotr@s maestro!”
Tania Hermida (2da)
“Gran Maestro Ovidio, que en paz descanse y seja iluminado siempre! Nuestros sentimientos a sus familiares.”
Wolney Oliveira
“Chamán de la luz y del buen jazz. Que brilles allá donde estés, brindaremos por tu salud, Ovidio querido.”
Irene Gutiérrez
“Maestro de luz, maestro de vida. Gracias por tu paciencia, gracias por tu amor.”
Nino Martínez Sosa
“Mucho amor y buenas energías para toda la comunidad Eictviana. Ovidio. Gran ser humano, profesional y profesor. Excelentes recuerdos de su magia, talento y amor. ¡Gracias Maestro!”
Cecilia Araujo
“Ovidio, querido: Guardo conmigo tu sonrisa amplia, nuestras charlas sobre la vida noche adentro, las lecciones de jazz y Cuba vista por tus ojos. ¡Gracias! ¡Estoy segura que, estrella como siempre fuiste, seguirás aquí, cerca! Infinitamente. ¡En tu honor, me tomo un vasito de ron y escucho a Miles Davis mirando al cielo!¡Amor, siempre!”
Camila C. Agustini
“¡Ooouh Ovidio! ¡El hombre de los tragos blancos! Así lo recuerdo porque se describió así en un día que platicábamos que era una receta de salud, mucha agua, más ron, tequila, cachaza, nada añejo, todo claro y limpio como el agua! ¡El hombre de los tragos blancos! ¡Bonito viaje y un brindis por ti, como en muchos cantos de este mundo, en un día como este bebemos y ponemos música!”
Renata Meirelles
“Mucho amor y buenas energías para toda la comunidad Eictviana. Ovidio. Gran ser humano, profesional y profesor. Excelentes recuerdos de su magia, talento y amor. ¡Gracias Maestro!”
Eyerí Cruz
“… Y un día llegué con mi niña y le dije, Ovidio, ella está aprendiendo fotografía, ¿puedes ayudarla mientras yo doy clases? Y el hombre generoso, amable, dedicado, simpático, sembró en mi hija el amor por la foto y le dio una lección de vida única. A partir de ese entonces, cada año hablábamos sobre los progresos de mi hija, y los regalitos iban y venían, fotos del maestro, fotos de la alumna, la vida que iba pasando, los recuerdos, incluso, desde aquellos viejos tiempos de los comienzos de la Escuela, cuando nos conocimos… Chau, Ovidio, buen viaje, descansá, encontrá la paz, querido maestro, compañero.”
Rosa Teichmann
“Triste noticia y solo buenas palabras para la única persona que como cubano que soy no me hizo sentir extranjero.”
Aramís Rubio
“Que tu alma se convierta en luz y vibre en el cosmos. Hasta siempre Ovidio.”
Gina
“Buen viaje querido Ovidio, una parte de la escuelita se va contigo. Quedan tus fotos, los estudiantes que tanto aprendieron de ti y todos los que te llevaremos siempre en el corazón. Hoy me tomaré un roncito por ti.”
Patricia Martin
“Cuántos de nosotros revelamos nuestra primera foto con él. Hasta siempre, gran Ovidio. Siga la luz.”
Ricardo Zambrana
“Tengo una lluvia de imágenes, nuestras todas. Lo mejor para el Ovi, gran amigo, colega y por momentos padre también. Saludos a Tod@s los nuestros. Los quiero.”
Osvaldo Daicich
“Hoy nos deja físicamente… pero en sus fotos nació la memoria de nuestra escuela.”
Tininiska Simpson
“Todo un artista, historiador, mentor, maestro, pensador, un amigo, un hombre. ¡Tremendo ser humano! Nos deja millares de fotos y celuloide para la eternidad e impresas quedan la historia, historias, cultura, personajes, paisajes, abstractos, música… mucha música… toda una vida a través del lente. Sobretodo su amistad y lealtad eterna.”
Elba Ríos
«Nada ya que registrar, nada que fijar, querido Ovidio. Ya todo te pertenece. Comenzando por el corazón de todos los que compartimos la luz de tu oscuridad. ¡Buen viaje!»
Diego Falconi
“Obi wan, vecino, maestro, amigo. Compartidor de vicios y saberes. Te recuerdo celoso celador en tu reino de luces rojas y químicos de revelado, en tu asiento de la guagua de La Habana o en el bar de la esquina, en el barrio que compartimos. Te recuerdo reacio actor de tres minutos, personaje eternizado en un cortito documental que supo hacerte justicia. Y te imagino ahora, escoltado por tus perros salchichas yendo a encontrarte con tus dioses musicales, a ese nuevo reino tuyo, sonoro en blanco y negro, en donde invitarás a Coltrane a compartir el ron, que alguna vez compartiste conmigo.”
Xenia Rivery