Queridos compañeros de la tribu eiceteviana:
les ruego sepan comprender el atraso con el que les llegan estas lìneas debido a mi delicado actual estado de salud. Vale.
Querido Ovidio,
tan alto, tan flaco, tan querido, flotando como fértiles nubes mañaneras entre las palmas de nuestra Escuelita ya està claro que ni nos vamos ni nos quedamos, compartimos tanto,te queremos tanto, el tiempo es un sueño.
Aquí o allá seguiremos soñando juntos…
Supe decirte:
«Su noble perfil, ligeramente encorvado sobre su ingenua cámara, como un mirlo sobre un grano de maíz, reproduce y multiplica la sombra luminosa de nitrato de plata de esta Escuela, de la que en más de dos décadas con fidelidad amorosa ha testimoniado su anárquica vida, su desbordada pasión y sus laicos milagros».
Hoy, dìa fatìdico,te digo:
transmutemos alquìmicamente el barro del dolor en el oro de la alegrìa.
Recordemos laspalabras de Platòn en su Apologìa en la muerte de Sòcrates en la que invoca el sacrificio de un gallo a la memoria de Esculapio para que con esa muerte nos libere de los dolores de esta vida.
Viva Ovidio! Viva la vida!
Fernando Birri