Como momento especial de la retrospectiva que organizó en el cine 23 y 12 la Cinemateca de Cuba para homenajear al director iraní Abbas Kiarostami, con motivo de su presencia en Cuba, este estuvo presente en la proyección de la cinta ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987). Obra que lo catapultó a la palestra internacional al alzarse en 1989 con el Leopardo de Bronce, Mención Especial de la FIPRECI y Mención Especial del Jurado Ecuménico en el Festival Internacional de Locarno, Suiza.
Tras la exhibición, Kiarostami compartió más de una hora con el público presente, que le realizó numerosas preguntas sobre el proceso de concepción de la cinta, que destaca por el trabajo con los niños. Respecto a esta dinámica, el realizador comentó: “Después de muchos años acabo de ver los últimos planos. Estoy de acuerdo que los niños son muy naturales. Pero realmente no sé cómo he trabajado con ellos. Todo esto parece extraído de la vida normal y no actuación. He visto el último plano en la escuela. Esto se hizo hace justo treinta años. No recuerdo todos los detalles del trabajo, pero hasta donde recuerdo, ellos no actuaban”.
“El niño que había trabajado en la finca y tenía las manos sucias, era su situación real. Y el niño que ha dicho que le dolía la espalda, realmente le dolía porque ellos tenían leche que tenían que trasladar de un lado para otro y pesaba. El profesor realmente era el profesor de la escuela. Lo único que puedo responder es que nosotros hemos dejado muy árida nuestra presencia. Pues sí me había apartado de todos los gestos de los directores. No teníamos estas señales: la luz, el sonido, movimiento, acción, eso no lo queríamos. En realidad, aunque estábamos filmando, era el profesor el que mandaba, decía qué es lo que teníamos que hacer y señalaba cómo hay que hacerlo. Todavía yo hago lo mismo. Intentamos respetar el silencio y todo lo que hay que mandar a la cámara, al sonido y al actor lo hacemos todavía con señales. No se habla en el set. No son estas las maneras clásicas.
“Cuando fui a un festival a Japón con esta película, me invitó a su casa Kurosawa y sólo me hizo esta pregunta: cómo trabajas con los niños. Yo le comenté que tanto mi grupo como yo somos los menos apreciables en la escena. Por ejemplo, si uno de ustedes se acerca a donde yo estoy rodando, no se puede distinguir quién es el director. Los actores se sienten bastante cómodos. Intentamos tener una situación natural y se puede conseguir una consecuencia natural. No sé cómo ha salido este resultado. Todo lo que he dicho es correcto pero no es suficiente”.
“(…) esta película había ido a varios festivales y no la habían aceptado y la vieron en Locarno y ganó cinco o seis premios. Pues eso hizo que la gente vieras mis películas anteriores. (…) A partir de ahí vieron con buenos ojos mis películas. Nosotros buscamos nombres. Hacemos películas muy buenas, pero como no conocemos a los directores no las tomamos en serio. Y son estas cosas las que definen el interés que pueden despertar en un crítico”.
¿cómo lidia con el azar? “Ojalá estuviera aquí mi cámara para responder a esta pregunta. Normalmente nosotros intensificamos la luz natural. Por e jemplo, si la fuente de luz es la ventana, pues intentamos intensificar la luz desde la misma ventana. (…) Aquí me siento agradecido por esta buena proyección. (…)”