«Los artistas somos voceros de los problemas y, para bien o para mal, el medio ambiente es un problema universal», Ángel Boligán.
Ángel Boligán recorrió estos pasillos antes que todos los que estamos aquí. Cursó su séptimo grado en la escuela secundaria que, años más tarde, en 1986, se convertiría en la Escuela Internacional de Cine y TV. En un rincón bajo el actual comedor se escondía un joven Boligán para no hacer las tareas.
Incluso, colaboró en las tareas de renovación y, cuando ya era trabajador de Cultura, acudía los fines de semana a colaborar en la remodelación de este delirio.
Aquí, en el pasillo central que recorrería tantas veces, se mostraron sus piezas fundamentales dedicadas al medio ambiente. «Es una sensación muy rara, por supuesto de satisfacción», declara Boligán con una sencillez sorprendente para alguien que se puede considerar uno de los mejores ilustradores del mundo.
Visita San Antonio en esta ocasión para participar de la Bienal del Humor, festividad insignia de la localidad, este año dedicada al Medio Ambiente. Como parte de las actividades de la Bienal, la EICTV acoge una exposición con sus principales obras dedicadas al ecologismo y el medio ambiente. A la exposición asistieron el jurado de la Bienal formado por ilustradores y caricaturistas de todo el mundo (como Rusia, EEUU, Japón, Francia, entre otros) y vecinos de la localidad.
Sus obras se han hecho virales en más de una ocasión y ha ilustrado de forma sencilla problemas complejos consiguiendo que muchos de los que vemos sus ilustraciones nos cuestionemos hasta nuestro propio comportamiento.
«Los artistas somos voceros de las situaciones que se viven y los problemas ecológicos son un problema mundial. Y tanto la caricatura como el cine tenemos que estar conscientes de lo que está sucediendo y poner nuestro granito de arena. Aunque yo creo que es más que un granito de arena… quizás es un costal.»
La concienciación de las nuevas generaciones sobre los problemas ecológicos es un impulso que comenzó pronto en su obra producto, indudablemente de unos orígenes que no ha olvidado. «Yo soy un campesino. Mi infancia fue en el campo, mis juguetes eran de madera y mis alimentos eran frutas… y yo la recuerdo con añoranza. Veo que las nuevas generaciones olvidan la naturaleza», nos cuenta Boligán.
Con más de 25 años de experiencia en el periódico El Universal de México, numerosas exposiciones personales e incontables premios habla de sus raíces con humildad: «mi cariño y mi amor por San Antonio y por esta escuela siempre han estado presentes».