¿Maniático o posmoderno?, ¿irreverente o rebelde sin causa?, ¿seguidor de Lars Von Trier?, ¿asesino de Lady Gaga? El realizador Jorge Molina parece tener algún don excepcional para etiquetarse en las disyuntivas más escandalosas. Juega constantemente con los extremos y, de vez en cuando, los obliga a rozarse en un punto, el suyo, con el fin de ofrecer una perspectiva siempre explosiva y original.
Para hablar sobre Molina`s Borealis, el más reciente filme de este egresado y profesor de la EICTV, nos encontramos hace unos días. Justo a la hora fatal, en la que mataron a Lola ?y quién sabe a cuántas otras estrellas del pop y la cultura popular?, empezamos a conversar:
“El corto cuenta una historia de amor entre dos personas que van en un rumbo diferente al de la humanidad. Le puse un par de cositas molinianas, un poco de fin del mundo, y esto de que la protagonista aparezca como un ser místico que viene del mar, una especie de sirena”.
¿Quiénes son los personajes de Borealis?
Los actores estaban un poco aterrados porque ellos no veían a sus personajes. Recuerdo que les dije: “yo tampoco los conozco, vamos a buscarlos entre los tres”. Lo que sí tenía claro es que él podía ser un hombre de unos cincuenta años, enfermo y decepcionado; y la muchacha es un ser distante, que vive como quiere, sin importarle qué dirán los demás.
Roberto Perdomo y Leticia León interpretan a los protagonistas, ¿qué criterios tuviste en cuenta para elegir estos actores?
Perdomo no fue la opción primera. Estúpidamente no pensé en él, aunque es uno de los actores cubanos que más respeto. Había visualizado a un buen amigo, Alexis Díaz de Villegas, pero no pudo estar. De todas formas creo que, con Perdomo, la película ganó mucho.
La muchacha, Leticia León, sí fue un descubrimiento. Cuando se acercó para decirme que quería trabajar conmigo, le hice la misma pregunta que siempre hago en esa situación: “¿Tú has visto lo que hago?…”
La escogí porque tiene la belleza gélida que yo buscaba para esta historia. Contrasta mucho con el coprotagonista, un hombre que ya está entrando en los cincuenta y comienza a sentir los achaques de los años. Ella, en cambio, se ve llena de vida.
En el corto los personajes no hablan…
Fue un reto, sobre todo con los actores. A ellos les cuesta mucho no tener texto. A veces una imagen vale más que mil palabras, pero no es fácil trasmitir emociones con gestos, con miradas. También tuve que trabajar mucho con el fotógrafo.
La película se exhibió recientemente en el apartado “Midnight” de la sección Latinoamérica en Perspectiva dentro del Festival ¿Satisfecho?
Siempre pasa lo mismo con mis películas. Excepto con Molina´s ferozz, que fue aceptada en la competencia de óperas prima, ningún corto mío ha competido nunca. Siempre me etiquetan en alguna sección fuera de competencia. Este sería el típico cortometraje que cualquier festival querría en el concurso, y no fue así: ¿Molina?, ¡directo a “Midnight”!
Creo que esa sección de Latinoamérica en Perspectiva generalmente tiene cosas más interesantes que las que están en concurso, no solo por lo fantástico, lo de terror; hay mucho de bueno ahí. Les decía a unos amigos que lo mejor del evento es lo poco elitista que es, confluyen montones de estéticas. En otros festivales de la región se ha adoptado una perspectiva más europea, seguimos colonizados.
En el Festival de La Habana sí se ve cine latinoamericano, no una selección europea de lo mejor del cine producido en la región. Porque lo que ellos quieren ver de nosotros ?“y esto no dejes de ponerlo”? es la miseria. Muchos de mis colegas latinoamericanos lo que hacen es exportar a Europa lo que aquellos quieren ver: la pornomiseria. En este festival te ponen de esa pornomiseria, pero también puedes ver películas de género, excluidas de otros eventos cinematográficos.
¿Qué piensas hacer ahora con el filme?
Para Borealis tengo previsto un estreno mundial en Internet, una semana para que todos lo puedan ver o descargar; así se lo prometí a los mecenas. Obtuve el dinero para producirla a través de crowdfunding, un fenómeno muy interesante porque me permitió darme cuenta de que puede haber gente interesada en contribuir con cualquier tipo de historias. Es lo que ahora mismo tengo pensado para mis próximas producciones.
¿Puedes hablar de esas próximas producciones?
Para 2014 quiero participar en una película de cuentos que sería realizada por directores de género latinoamericanos. Mi historia, escrita a seis manos con Maikel R. Ponjuán y Alán González, se llama El día que mate a Lady Gaga, inspirada en la frase popular “eran las tres de la tarde cuando mataron a Lola”.
¿Algún motivo personal?
A veces me pregunto “¿vale la pena contar estas historias?, ¿son importantes para alguien, además de para mí como realizador?”. En cada trabajo que hago esa es una preocupación constante; pero siempre vuelvo a filmar, siento que no puedo dejar de hacerlo.