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¡Seguimos escribiendo!

4 de agosto de 2020

Cuando a mediados de marzo comenzaron las noticias de que la Covid19 llegaba a Cuba, los guionistas de la Generación 27 regresaban de un taller en el Escambray con la profesora argentina Mónica Discepola, taller que tradicionalmente marca el punto medio de su proceso de escritura de guiones de tesis. Luego de la exploración de personajes y escenas con actores estaban animados para seguir con la escritura, asesorías y talleres. Muy pronto percibimos que este sería un año atípico, con la imposibilidad de la entrada de profesores al país y a la Escuela, y la necesidad de aislamiento.

El escritor y guionista Eliseo Altunaga, decano de la Cátedra de Guion, nos habló en ese entonces sobre la suerte de ser escritor y guionista para poder observar el mundo, imaginarlo y contarlo.

A pesar de las incertidumbres, o sobre todo por estas, el lema que adoptamos con los guionistas de la Generación 27 fue precisamente ese: seguir escribiendo. Y fue posible gracias a muchos profesores y egresados que se propusieron, generosamente, asesorar, impartir talleres a distancia y evaluar los guiones, además de los tutores, que siguieron firmes al lado de sus discípulos hasta las versiones finales.

Esta generación, conformada por siete guionistas: Anna Luiza Machado, brasileña; Claudia Galeano, española; Hans Astrik, peruano; Malena Céspedes, argentina; Marco Gonzalez, peruano; Mateus Lana, brasileño, y Pilar Natalí Cardet, cubana, pudo tener asesorías de diálogos y de construcción de escenas y secuencias con varios egresados que, al recibir nuestro llamado, no dudaron en colaborar (sin cobrar un centavo): Nuri Duarte, Laura Conyedo, Eleonora Loner, Lucas Paraizo, Camila Agustini, Marcelo Muller, Daniel Tavares, Maykel Ponjuan, Gabriella Mancini, María Elena Morán, Miguel Ángel Moulet, Amelia del Mar Hernández y Alberto Santana. Después de esas asesorías, siguieron encerrados en sus habitaciones de la Escuela o ya en sus casas, y tuvieron un taller online de Análisis de guion con Arturo Arango, jefe de la Maestría en Escritura Creativa Audiovisual.

Anna, que trabajó con Flavia Castro como tutora, escribió “Galega”, un drama sobre una joven que se propone un viaje hacia lo desconocido para enfrentarse a sus miedos y prejuicios. El guion “Prohividia”, de Glaudia Galeano, tutorado por Xenia Rivery, cuenta la crisis de una médica que al regresar de un viaje cuestiona su matrimonio y su modo de vida. Hans, que también ha tenido a Rivery como tutora, narra, en “Mechita”, como una ama de casa se lanza al mundo por necesidad y descubre su posibilidad de libertad. La tesis de Malena, “Canto de un pájaro de noche”, es un relato sobre la dictadura argentina desde el punto de vista de una niña que se convierte en adolescente y en joven descubriendo su sexualidad y la verdad sobre la posición política de su padre. Su tutora fue la argentina Anahí Berneri. Marco Gonzalez, asesorado por su tutor Aleksei Abib, escribió “El hombre que grita”, un relato coral sobre la masculinidad y la violencia en las calles de Lima. El guion de Mateus Lana, “El mismo río”, es una farsa orientada por Eliseo Altunaga sobre un publicista que se encuentra con una demonia y regresa a su lugar de infancia para entender cuál es su mayor deseo. Y «Pinotea», de Pilar Natalí, que trabajó con Natalia Smirnoff, cuenta la infancia de una niña que descubre su sexualidad y explora su mundo imaginario mientras enfrenta el divorcio de sus padres.

Para evaluar los guiones contamos nuevamente con colaboradores estelares: la productora colombiana Diana Bustamante, aportando su mirada hacia la producción, y la guionista y profesora colombiana Tania Cárdenas Paulsen, quien, cuando le pedimos que pusiera sus esfuerzos para leer y analizar un guion más, nos contestó con un maravilloso: “Estoy que me leo”. Junto con ellas, de la casa, evaluaron Arturo Arango, Xenia Rivery, Alán González e Iana Cossoy Paro, con el apoyo de Joaquín González.

Este lunes, 3 de agosto, concluimos el proceso de formación de este nuevo grupo de guionistas, en una conferencia virtual de casi 4 horas de duración y mucha emoción. Ellxs ya son parte de ese colectivo humano incansable que supo poner todo su esfuerzo, y que egresan de la EICTV por la puerta ancha, mucho más listos para observar el mundo, imaginarlo y contarlo.