Antes de tiempo, en medio de una pandemia, con diplomas improvisados y con una planificación relámpago, hoy ha sucedido un hecho eictviano de pura cepa…
La Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños ha graduado una nueva generación, no solo de telecineastas, no solo de creadores y artistas, sino de seres humanos listos para afrontar un nuevo orden mundial.
En las últimas semanas estos jóvenes de muchas partes del mundo, y tantos otros que hemos estado confinados a un encierro riguroso, hemos aprendido del respeto por el otro, y hemos sentido cómo las circunstancias que afectan a nuestro planeta nos han tocado en carne propia. Estos jóvenes, ya formados como telecineastas, tuvieron que truncar su último gran ejercicio práctico, sus películas de tesis, y tal parece que nada de eso les ha quitado un ápice de energía creadora. Todo lo contrario. A petición de ellos mismos, Esta Escuela ha graduado hoy en la Plaza Za y respetando las distancias de seguridad, una generación de valientes. Seres humanos plenos que, seguramente, impondrán su huella en el mundo del Arte, y sobre todo en la sociedad a la que ahora se enfrentarán.
Detrás de las telas protectoras, de los nasobucos, hay caras sonrientes, llenas de expectativas, con historias potentes que pronto serán vistas en salas de cine y en pantallas de todo tipo.
Como Escuela, nos enorgullece pararnos firmes y decirle al mundo que este es un nuevo comienzo. Estamos preparados para todo lo que venga, y seguiremos mutando, creciendo, generación tras generación, inventándonos y reinventándonos hasta el infinito.
Acá, desde nuestra utopía particular, todos hemos aguantado el aire por unos segundos, y nos hemos dado la oportunidad de ponernos de pie, todos juntos, con la distancia del ahora y con la cercanía de siempre, para gritar una vez más “Aquí estamos, volveremos, somos eictvianos, y nada nos impedirá seguir soñando con ojos abiertos y orejas despiertas”.
¡Larga vida a la Genración 27!
¡Infinita Vida a la EICTV!