La pausa entre las evaluaciones de las tesis de la generación 25 de la EICTV, que han protagonizado intensamente esta semana, se presentó el título Un día feliz, la más reciente propuesta del sello editorial de la Escuela. A cargo del crítico Daniel Céspedes, actual director de la Mediateca André Bazin corrieron las palabras de presentación, que aquí reproducimos.
Como un complemento querido, aunque no programado de los cursos, talleres y clases concebidas cada año para este instituto transnacional, la colección Master Class, de la dirección de Cultura y publicaciones de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, ha pensado, desde su temprano nacimiento, en apoyar de manera modesta aunque conveniente, el plan de estudio de la Escuela. Las visitas se disponen y el contexto se enriquece cuando se abren las puertas a personalidades vinculadas al mundo del audiovisual.
Ante la entrada de guionistas, actores, fotógrafos, directores… se impone el ambiente propicio para exponer conocimientos y contar experiencias. Los invitados comentan; alumnos y profesores preguntan y aunque muchos tengan la oportunidad de grabar lo que puede ser, sin discusión, un acontecimiento irrepetible, todo parece quedarse ahí: en la espontaneidad y lo efímero de lo que se dice oralmente.
Para ganarle al olvido y hasta al privilegio, tal vez, de unos pocos, Master Class, cuyo nombre se deriva de una de las secciones de la revista Enfoco, esa que renacerá con la puesta en marcha de nuestra imprenta, las conferencias y el diálogo que se suscita luego entre invitados con alumnos y profesores pueden aspirar a quedar gracias al discurso impreso.
He aquí ahora la oportunidad de tener el libro Un día feliz, el cual testimonia la visita de dos amigos y colaboradores: el importante director y guionista español Fernando León de Aranoa y el reconocido actor, productor y también director puertorriqueño Benicio del Toro, quienes pasaron por la Escuela en diciembre de 2015 a fin de presentar la película Un día perfecto. Se habló, por su puesto, de este largometraje, pero el encuentro sirvió asimismo para tocar temas importantes sobre los vínculos del audiovisual con la literatura, el casting, la dirección de actores, el guion y la historia, la puesta en pantalla, los posibles aprendizajes que pueden darse entre realizador y actores, pues como se sabe, no son pocos los directores que están en los extremos: o idolatran a los actores o los rebajan por completo como Peter Greenaway, quien ha dicho cosas ciertas como estas: «el cine no ha sido diseñado para Sharon Stone, es algo mucho más profundo. Sin embargo, las películas se venden en función del valor de sus estrellas», aunque muchas más menospreciando a los actores… Un día feliz se muestra también elocuente al revelar algunos consejos a la hora de equilibrar una historia donde puedan estar presentes el drama y la comedia.
El libro cuenta con un prólogo mesurado y casi irreconocible de Antonio Enrique González Rojas (Tony), dos necesarios y muy bien escritos repasos críticos por la obra de Fernando León de Aranoa y la carrera imparable de Benicio del Toro, el primero escrito por el profesor Pedro y el segundo por Tony. Hacia el final del libro puede el lector acceder a la filmografía de estos dos artistas y también al registro de fotos durante la llegada, recorrido y conferencia por la Escuela.
Dividido en nueve apartados, Un día feliz (el título es muy ocasional) representa, no una obligación del equipo integrado por María Julia Grillo Tadeo, Suntyan Irigoyen, Miryorly García, Mayté Madruga y Yalier Pérez y los críticos ya nombrados, sino todo una entrega por dejar en un libro sencillo, pero muy oportuno, confesiones sobre el compromiso y el arte para con el mundo del audiovisual y, en el fondo, no se dude, evidencia los privilegios de la amistad.
Daniel Céspedes Góngora