La Generación 30 ya nos dejó 40 películas para nuestro archivo fílmico. El primer año del Curso Regular, denominado Polivalencia, tiene como principal ejercicio la producción de una película de 3 minutos de duración.
Con el objetivo obtener una comprensión de cada especialidad y sus modos de trabajo cada estudiante ejerce de Guionista y Director de su propio cortometraje, mientras rotan por los roles en los cortos del resto de miembros de su equipo. Así se conforman grupos en los que cada estudiante asumirá asistencia de dirección, producción, asistencia de producción, dirección de fotografía, asistencia de cámara, sonido, micrófono, edición/script.
Como obstrucción al ejercicio se incluye la obligatoriedad de rodar dentro del campus de la EICTV. Todos los espacios de la Finca de San Tranquilino están disponibles para su uso y adaptación a través del trabajo de arte, para construir los universos narrativos en los que viven sus historias.
Dos meses en los que la EICTV se llena de rodajes y se puede esperar un ‘¡Silencio, se rueda!’ desde cualquier rincón de la escuela.
Además, el casting se debe cubrir con las personas que estén en ese momento en la escuela, sin poder contratar actores profesionales. Así, forma parte del entrenamiento el trabajo de dirección con actores y actrices no profesionales.
Cada rodaje cuenta con un asesor por especialidad traídos específicamente para ayudar al alumno a sacar el máximo partido de su trabajo, aprender de su forma de hacer y garantizar el funcionamiento y seguridad del rodaje.
El trabajo de dirección incluye también trabajo de arte, en el que otrxs estudiantes y miembros de la comunidad pueden colaborar.
De hecho, los rodajes también cuentan con las asistencias de otres estudiantes que ya hayan terminado o aún no hayan comenzado su ejercicio.
Así, se crean cineastas capaces de crear equipos interdisciplinarios que no trabajan para su propia función, sino teniendo en cuenta los procesos de otras disciplinas y cómo comunicarse con el resto de jefes de departamentos. Un ejercicio para entender la radicalidad del cine como arte colaborativo en el que todos los talentos deben confluir en función de la historia.
Las exigencias del ejercicio 3 minutos nos acercan al talento de cada estudiantes, a las historias que llevan dentro y lxs obligan a explotar el mayor recurso de un artista: su creatividad.
‘El 3 minutos’, como lo llaman, es sin duda una de las experiencias de aprendizaje más completas y que lxs graduadxs que han pasado por esta fábrica de visiones y audiciones todavía recuerdan.
Fotografías: Mónica Torregrosa (estudiante de Maestría).