Por: Antonio Enrique González Rojas
La segunda incursión de la UNEAC de Artemisa en los predios galéricos de la EICTV sucedió este 22 de enero con la muestra colectiva Arte soy entre las artes, que agrupa catorce obras de igual número de artistas afiliados a esta y a la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia, cuyo tema y sujeto es José Martí.
Según explicaron los curadores de la exposición, inaugurada en la mediateca André Bazin, las obras forman parte de una colección mucho más amplia dedicada al Apóstol, que posee la filial de la UNEAC.
Destacan entre las piezas, variadas en técnica y estética, los discursos y proyecciones de William Cruz (s/t) y Raúl Hecheverría (Sentimiento), fotografías ambas y Juan Carlos Muñoz (El hombre que se vistió de niño), obra esta última donde la comúnmente hierática efigie de Martí se ve invadida por garabatos intensos de niños, en diálogo gráfico contrastantemente orgánico. Mixtura esta que, cual sistemas de vasos comunicantes, otorga jerarquía iconográfica a los trazos infantiles —leve guiño al Art Brut— y mitiga la sobriedad de la figura martiana. No otra cosa deseaba el patriota cuando escribía sus entrañables “últimas páginas” de La Edad de Oro.
Sobre una cuerda contemporaneizadora va la foto de Cruz, donde se polemiza acerca de la manifestación y ostentación de paradigmas aspiracionales a partir de marcas corporales, en este caso el pelado. Comunes son los jóvenes cubanos con los cráneos atiborrados de marcas comerciales o nombres de cantantes efímera moda, cual manifiesto generacional y sociocultural. El artista en este caso quiere soñar desde un irónico utopismo…
Sentimiento, desde su impecable angulación, equilibrada composición y buena iluminación, vuelve a optar por el contraste entre elementos antitéticos, siendo Martí uno de ellos y otro una agrietada vivienda. Al igual que en El hombre…, el Apóstol de nuevo aparece dialogando con Cuba, con su presente. El pasado y futuro que representa siempre Martí colisiona con la contemporaneidad, la cuestiona, indaga, deconstruye…Martí encarnado en una piedra porosa y medio derruida también, por el tiempo y el olvido, o mejor, por la alienación y la indiferencia con que se flanquean diariamente sus bustos y otros formato de representación.