José Armando Fernández Salazar
Gabriel García Márquez participó en más de 50 películas, incluso como actor, un legado que destacaron este domingo especialistas invitados a un coloquio dedicado al colombiano y Premio Nobel de Literatura, a propósito del XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
La sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, acogió el encuentro, en el que participaron familiares del autor de Cien años de soledad, cuyos aportes a la cinematografía del continente fueron reconocidos por los intelectuales Roberto Fernández Retamar, Lisandro Duque, Senel Paz, Sergio Cabrera, Lucía Puenzo y Manuel Pérez.
Estela Bravo, documentalista norteamericana, presentó el testimonio Conversando con Gabriel García Márquez, en el que el afamado narrador valora su relación de amistad con el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro.
A juicio del cineasta Manuel Pérez, la camaradería entre el escritor colombiano y el estadista cubano posibilitó la concreción de varias iniciativas cruciales para el fomento del séptimo arte en la región, como la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, la Fundación y el propio Festival de La Habana.
Los participantes en el coloquio evocaron la labor de García Márquez como productor de películas, guionista, profesor de cineastas, promotor cultural y crítico de arte, y su rol en el desarrollo de proyectos fílmicos que posibilitaron la realización de películas como La estrategia del caracol y Milagro en Roma.
El homenaje al novelista incluyó la presentación del título Los amores contrariados, de María Lourdes Cortés, resultado de una investigación que comenzó hace más de dos décadas y que el pasado año ganó el premio de ensayo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
Sobre el texto, Cortés comentó que aborda la relación del escritor colombiano con el movimiento del nuevo cine latinoamericano y además analiza los acercamientos cinematográficos a su obra que han asumido varios cineastas del continente.