La metafísica del guion según Doc Comparato

Por Lázaro González González

En un viaje que hizo de manera casi secreta en un imponente avión soviético, para burlar el bloqueo estadounidense a la Isla- durante una época en que no habían relaciones diplomáticas con Brasil- y con no pocos percances durante el vuelo hasta La Habana, llegó a fines de los 70´s, invitado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Tales peripecias, que parecían sacadas de uno de sus propios libretos o de algún clásico de las novelas de espionaje, dieron la bienvenida a Doc Comparato, el más famoso de los guionistas brasileros y autor de uno de los manuales de guion más estudiados en América Latina.

Luego de aquella accidentada experiencia, que recuerda como una de las más singulares de su vida, visitó Cuba en otras ocasiones y llegó por vez primera a la EICTV para participar junto al recién fallecido escritor colombiano Gabriel García Márquez, en la serie de conferencias que dieron origen al libro Me alquilo para soñar. Luego, volvió otras veces para impartir algunos talleres de Altos Estudios.

Recientemente, el escritor de seriales como Plantao de policía o Malu-Muhlerydel largometraje de ficción El buen burgués, estuvo de paso nuevamente por la Escuela con el fin de impartir clases en la nueva maestría de guion. Sobre su estancia en esta institución, en la que según considera, “está todo listo para escribir”, conversó en exclusiva para nuestra página web.

“Este proyecto, que consiste en personas que ya trabajan y vienen a la EICTV con la intención de profundizar en la física y la metafísica del guion, me parece sorprendente. Hablamos de las posibles  estructuras, de cómo construir escenas, así como de su parte más filosófica y usamos muchos ejercicios prácticos para estimular la creatividad en la escritura. Al final, todos los estudiantes presentaron un argumento completo”, declaró el creador.

¿Durante cuánto tiempo impartió esa parte de la maestría?

Dos semanas, divididas en tres horas por las mañanas y luego, en las tardes, una hora de consulta con cada alumno.

¿A su juicio, qué importancia puede tener esta nueva opción académica?

Esta es una maestría corta, en comparación con otras, pero eso no es muy importante porque las demás a las cuales me refiero tienen descansos porque es muy importante para un guionista el tiempo de reflexión, y la EICTV es un sitio ideal para ello porque hay mucho intercambio de ideas entre personas provenientes de diferentes culturas. Para ser el primer año de esta nueva opción académica, me parece que está muy bien estructurada. Solo nos queda esperar. La Escuela tiene una fama muy grande en América Latina y en otras partes del mundo. Para mí es  la mejor que he visto, y el master es un plus.

¿En un momento en que se cuestiona constantemente el papel del guionista, qué usted cree que deba ser imprescindible para estos creadores audiovisuales?

Todo el mundo habla mal de los guionistas, pero en la mayor parte de América Latina no hay derecho de autor ni sindicato para nosotros y se paga muy mal. Existe cada vez más necesidad de guionistas, porque mientras  la calidad técnica es más sofisticada, moderna y rápida, las historias son más pobres.

En el audiovisual hay una Santísima Trinidad integrada por el productor, el director y el guionista. Cuando logran trabajar bien en conjunto, sale una buena película. Pero se hace difícil sobre todo por la inestabilidad económica de la parte artística, a diferencia de los técnicos que suelen tener trabajos más seguros. Es más complicado el trabajo creativo, porque este requiere un cambio y a una buena parte de la humanidad no le gusta esto.

¿A su juicio, qué distingue la escritura de un guion de otros textos escritos?

En el guion tiene que haber una imagen sintética, y quien lo escribe debe tener muy en cuenta el tiempo dramático, esa capacidad de las personas de transportar a la audiencia hasta dentro de la película.

En el caso del cine latinoamericano, ¿qué temas cree usted que deberían tratarse?

El mejor cine latinoamericano era el de México, ahora creo que es el de Argentina. En Brasil, por ejemplo, el 90 por ciento son comedias, escasea un cine autoral y prevalecen las historias de favelas, carnavales o sexo. No hay otras temáticas, lo cual es seña de que el país está parado intelectualmente. También es importante que los temas escogidos  no aburran e informen de algo, que creen una nueva visión del mundo. A veces, aparecen películas con unos monólogos muy largos que no agradan a un espectador contemporáneo.

 Y en cuanto a las telenovelas, tan consumidas en nuestra región… ¿qué relación ha tenido usted?

Yo jamás escribí una telenovela, sino series y miniseries, aunque en algunas sí estaba como asesor o colaborador, mas yo no tengo fuerzas para estar en un proceso de creación tan abierto y además a mí en realidad nunca me encantó ese género donde las historias se queden colgadas y hay que esperar al próximo capítulo. Prefiero los procesos completos.

¿Tiene algún proyecto futuro con la EICTV que nos pudiera adelantar?

Ahora, en realidad lo que tengo varios compromiso con agentes internacionales para vender mis productos. Una productora aceptó algunos guiones míos, y eso es  algo que hay que aprovechar en un momento en que todo el mundo quiere vender pero nadie desea comprar.

¿Qué consejos daría a los jóvenes guionistas?

Que estudien las películas clásicas primero y dejen para después las más enrarecidas. Cambiar el mundo toca luego de estudiar lo que se hizo antes, hasta encontrar un estilo propio.