Fidel no muere, está en la luz de nuestras cámaras. Recorre erguido, con la gallardía de un caballero andante, los pasillos de la Escuela. Discursa en la Plaza Za y sueña como nadie con la Revolución de la verdad y la belleza: es preciso concederles a los pueblos su derecho a la cultura, su voz, su música, sus imágenes, su cine. Y nos regala esta escuela para darle cobija a “la utopía del ojo y de la oreja”, y custodia en su pecho el acta de nacimiento de la EICTV desde hace 30 años, y lo hace para siempre.
Estás en nosotros, Comandante, en nuestros actos y en nuestras ideas. Eres la vida y jamás serás la muerte.
Mil gracias, querido Fidel.
Susana Molina
Directora General EICTV
26 de noviembre de 2016