JBA y el arte de producir películas exitosas

Por Lázaro González González

Los productores franceses Jacques Bidou y Marianne Dumoulin visitaron recientemente la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) para impartir un taller a los estudiantes de tercer año de la Cátedra de Producción. Ambos cineastas, conforman JBAProduction, sociedad desde la cual han realizado más de 100 películas que han gozado de un amplio reconocimiento internacional.

Entre sus producciones sobresalen dos largometrajes de Marc Recha Pau y su hermano (Cannes 2001) y Los manos vacías (Cannes 2003), Un parte del cielo de Bénédicte Liénard (Cannes 2002), Des plumes dans la tête de Thomas de Thier (Cannes 2003), Salvador Allende de Patricio Guzmán (Cannes 2004), Salamandra de Pablo Agüero, Carne de Perro de Fernando Guzzoni (Gran Premio en San Sebastián nuevos directores 2012), Los perros errantes de Tsai Ming-Liang, (Grand Prix del Jurado festival de Venecia 2013). Sobre sus experiencias en la escuela de todos los mundos, conversamos al finalizar el taller.

Lázaro: ¿Qué  han estado haciendo por estos días en la escuela?

Jacques: Venir acá respondía a la preocupación constante de transmitir nuestras experiencias, de participar en toda clase de acción – formación desde hace mucho tiempo, yo fui administrador y vicepresidente de la escuela de cine FEMIS, en Francia, en una época. También estuve a cargo de los programas de formación de productores para Europa y fui director de formación de EuroDoc. Marianne también tiene experiencia en la enseñanza.

Mariannne: En estos últimos años he trabajado sobre todo el Medio Oriente, y tuve 10 años de experiencia como consejera en EuroDoc, y, por supuesto,  en el seno de JBA, donde nuestro trabajo ha crecido con respecto a América Latina. En este año, por ejemplo, estamos en el rodaje de una película argentina, Evita de Pablo Agüero, que  comenzó  poco antes de iniciar esta conversación . En abril vamos a rodar el segundo largometraje de Fernando Guzzoni un realizador chileno, cuya opera prima habíamos producido.

Jacques: Como también en el caso de Pablo Agüero produjimos su primera ópera prima, y esto es parte de por qué venimos aquí también.  De las 110 películas que hemos producido con más de 20 países diferentes, América Latina ocupa un lugar importante en nuestros corazones.  Llegamos a la EICTV por una invitación de la jefa de la Cátedra de Producción, Martha Orozco, quien había participado como productora en el programa EuroDoc, del cual  era director en aquel momento. Para ser totalmente sincero teníamos también un programa de aprendizaje en África del Sur en esta misma fecha; pero preferimos la idea de venir a San Antonio de los Baños, porque esta escuela también es un mito. Había venido con ella, hacía mucho tiempo.

La propuesta de Martha nos generó una expectativa muy grande de lo que podía ser impartir clases en  una escuela multinacional como esta, con la experiencia pedagógica tan particular que tiene. Nos gusta, además de la mezcla de experiencias y nacionalidades que tiene, su aislamiento. Cuando estamos en París, la relación con el medio profesional es diaria o en Londres, en Copenhague, pero esta temporada en la EICTV fue una experiencia particular, y estamos muy felices de poder venir aquí.

Marianne: Aunque en un momento no parecía  razonable, pues solo somos dos productores en JBA, y tenemos mucho trabajo, la verdad es que Cuba nos atraía mucho, y en estos últimos tiempos, los temas que nos llegan de todas estas partes del mundo son fuertes, se ve cada vez más un nacimiento de jóvenes cineastas…

Jacques: Cuando decimos, que estamos loco es por el rodaje que acaba de comenzar pero estamos satisfechos con el diálogo tan apasionado que establecimos con los cinco estudiantes de Producción.

Marianne: Hubo mucho intercambio, discusión y conversaciones sobre el oficio del productor haciendo siempre el estudio de casos de cada película que se había proyectado el día anterior. Desglosamos las historias, los temas, y los planes de financiamiento.  Pienso que al final de este taller le dimos la posibilidad a nuestros estudiantes de abrir sus proyectos hasta coproducciones  internacionales en un futuro. Fue claro que era el complot de Martha invitar productores que se consagran, se dedican a la creación artística y, sobre todo, inyectarles que el oficio de los productores es algo artístico; aunque después hay que administrar, buscar el dinero… pero este es el 20% de nuestra actividad y el 80% restante es el desarrollo creativo del proyecto.

Lázaro: El taller que impartieron en  la escuela se tituló Coproducción Europea y supongo que hayan brindado a los estudiantes muchas pistas sobre las  posibilidades de cooperación que hay entre América Latina y Europa, algo en lo que ustedes tienen muchísima experiencia pues han logrado posicionar la mayoría de sus películas en Cannes y otros importantes festivales. Quisiera que me comentaran un poco al respecto.

Jacques: Lo primero es que nosotros hace 23 o 24 años que trabajamos juntos, desde hace 11 o 12  firmamos la producción de las películas juntos y la cuestión de esta capacidad nuestra de llevar las películas a Cannes tiene que ver con nuestro compromiso de ir a buscar nuevos cineastas.

La mitad o más de la mitad de las películas producidas por JBA son óperas primas y nuestra intención es siempre llevarlas hacia el mayor nivel posible; por lo tanto, realizamos un trabajo bastante largo, para darle una larga vida en el mayor nivel posible. Eso es lo que se llama trabajo creativo. Después, la coproducción no es solo un problema de América Latina sino del mundo en general, pero nosotros tratamos de llevar a los nuevos medios estos trabajos de jóvenes cineastas y, con esto, intentamos crear varias fuentes de financiación y por lo tanto coproducciones.

Uno de los mayores desafíos de este trabajo es coproducir sin poner las películas en peligro. Una coproducción es como una asamblea de depredadores y nuestro deber es proteger las películas en este pantano lleno de cocodrilos.

Lázaro: ¿Qué prefieren producir: documentales o ficciones?

Jaques: Hace más de una década que hacemos casi siempre ficción. Producimos un documental de vez en cuando. Durante la primera fase de nuestra existencia, trabajamos más con este género. En 1994 produjimos tres largometrajes de ficción y dos de ellos estuvieron en la selección oficial de Cannes, y a partir de este año trabajamos casi exclusivamente con la ficción.

Lázaro: ¿Les interesa algún tema en particular?

Marianne: Nos importan, más que el tema, los cineastas sobre todo si estos han salido de una  realidad sociopolítica complicada, como Tsai Ming-liang, por ejemplo. Pero nuestra ambición con temas de carácter político social, nace absolutamente con la mirada del cineasta, no porque sean, necesariamente, películas militantes. Para nosotros, la mayor militancia en una película está donde el punto de vista de su creador sea más interesante.

Anualmente, hacemos alrededor de dos largometrajes por año. Si todo va muy rápido podemos tardar de tres a siete años con ellos. Además, la compañía JBA en estos días está integrada solo por nosotros y un contador que va un día a la semana. Estamos en un paisaje cinematográfico que se vuelve más duro cada día, pues el cine se ha hecho más comercial.  Nosotros combatimos, resistimos, para continuar buscando caminos singulares en economías cada vez más precarias y para retomar la cuestión de la cooperación potencial con América del Sur.

Lázaro: Leí sobre la relación de ustedes con la obra de Patricio Guzmán, un referente fundamental para todos los que se acercan al documental en América Latina. ¿Cómo ha sido el trabajo con este cineasta?

Jacques: Patricio es casi de mi generación, tuvimos la misma historia. Él, un poco más cristiano y yo, un poco más marxista; pero un día nos encontramos. Patricio vive en París y habíamos producido dos películas antes para la cadena Arte. Un día comenzamos una discusión sobre Allende, una  de esas conversaciones que uno empieza y termina dos o tres meses después.

Nosotros vimos a los emigrantes de Chile llegar a Francia, vivimos con el movimiento de Unidad Popular. Cuando decidimos hacer la película sobre Allende, hubo al principio una fuerte discusión de carácter político sobre cómo hacerla, porque era una historia muy vieja, que podía no interesarle a nadie; pero a la vez, era una parte de la vida de Patricio.

Este trabajo duró dos años, y fue una aventura muy feliz, aparte de que es una película muy linda, que no envejece nunca.

Además, tuvo muy buenos resultados, se vendió en todo el mundo, y ganó numerosos premios. Asimismo, al estar en la selección oficial de Cannes el nombre de Patricio Guzmán recobró su valor. Cuando comenzamos Allende y fuimos a las cadenas de televisión, la primera reacción fue: “ ¿de nuevo Patricio, estamos hartos, después del caso Pinochet, después de la memoria obstinada, Guzmán no está muerto? Pero después de verla, todo el mundo estaba contento de que existiera. Nosotros no produjimos La nostalgia de la luz, porque pasar tres años más de nuestra vida con Patricio se convertiría en un viejo matrimonio; pero siempre estamos muy cerca.

Lázaro: De las más de 100 películas que han producido hasta el momento, ¿prefieren alguna?

Jacques: Quizás la próxima película, porque son aventuras, viajes increíbles. Es difícil responderte porque es como si te preguntaran si prefieres a  tu madre o a tu padre. Pero tuvimos experiencias lindas.

Marianne: También  hicimos películas muy buenas, que sin embargo no tuvieron el apoyo de mucho público, y otras no tan buenas que sí funcionaron muy bien a nivel de audiencia. Así es la vida.

Lázaro: ¿Será el  riesgo de hacer cine de arte y ensayo?

Jacques: Desde nuestro punto de vista, las películas artísticas, sobre todo las óperas primas, son vitales para la industria. Si no nacen nuevos cineastas,  el cine comercial a mediano o corto plazo no existiría. Entonces, modestamente, nosotros conservamos nuestro lugar, nos organizamos, con nuestra pequeña estructura que es bastante pobre -en el sentido que no ganamos mucho dinero- pero libre, y así hemos vivido y vamos a vivir.

Lázaro: ¿Cuál es el secreto para hacer tantas películas exitosas?

Marianne: Si lo supiéramos fueran todas exitosas.

Jacques: La única cosa cierta es que no podemos empezar una diciendo: “vamos a hacerla porque será exitosa”. Es como el milagro de la buena cocina, no es el hecho de poner todos los ingredientes lo que determina un buen resultado. De hecho, detrás de una película de éxito hay mucho trabajo. Esta es la enseñanza que intentamos transmitir a todos los alumnos de la Cátedra de Producción por estos días. Más o menos en la oncena versión del guión es en la que se puede empezar a trabajar y así pasa con la edición, con el casting… debe haber bastante precisión y, por supuesto, un talento que se logra también con el trabajo.

Marianne: También encontrar un buen distribuidor, uno convencido, un vendedor fuerte, disponer de una persona a la cual le podremos confiar nuestros niños, nuestras películas, con total seguridad.

Lázaro: ¿Cuándo los tendremos por aquí otra vez?

Jacques: Depende de ustedes, si no a  lo mejor venimos a hacer una película en  Cuba.

Lázaro: Muchas gracias.